Momentos después, Trump criticó al vicepresidente Pence después de que éste se negara a objetar la certificación del Congreso de la victoria electoral del demócrata Joe Biden.

“Mike Pence no tuvo el coraje de hacer lo que debería haberse hecho para proteger a nuestro país y nuestra Constitución”, tuiteó Trump. “¡EEUU exige la verdad!”.

Por suerte el Congreso de los Estados Unidos no pudo certificar el fraude electoral, ya que la sesión tuvo que ser suspendida luego de que partidarios del presidente saliente entraron por la fuerza al recinto.

Hay mucha gente criticando las acciones de los seguidores de Trump, pero para no juzgar a la ligera debemos tener en cuenta que la Constitución de los Estados Unidos es clara cuando otorga a sus ciudadanos el derecho a impedir que un gobierno ilegítimo tome posesión del cargo.

Y es justo por eso que la Carta Magna previó situaciones como la ocurrida tras las elecciones presidenciales del 2020 y es responsabilidad tanto del elector como de los legisladores defender cada voto emitido legalmente.

Quizás lo único positivo de este pandemonio es que al haber «ganado» los demócratas la Presidencia, la Cámara de Representantes y el Senado, ya no habrán más excusas para llevar a cabo la tan esperada «Reforma Migratoria», donde supuestamente y según las promesas de campaña de Biden se decretará una amnistía en favor de 60 millones de inmigrantes que hoy se encuentran bajo sombras de ilegalidad.

Esta supuesta Reforma Migratoria, con la cual han jugado tanto los demócratas y que ha servido para manipular a los latinos en Estados Unidos, será la primera prueba que tendrá que pasar el presidente fraude.

Pero aunque Joe Biden tome posesión del cargo el próximo 20 de enero, no podrá terminar su mandato en 2024. La gobernabilidad de los Estados Unidos bajo un presidente demócrata acusado de fraude, será imposible. Y no se trata de apasionamientos en favor de uno u otro candidato, lo que está en juego es la democracia.