Hace años las organizaciones sociales, y en especial aquellas que defienden los derechos de la comunidad LGBTI, venían presionando a las autoridades para que se sumaran al carro del matrimonio igualitario. Al fin y al cabo varios países del área lo han consagrado en sus legislaciones.

Pero en Chile la Iglesia Católica y en especial un sector de los evangélicos presionaban también a los gobiernos de turno para que no se reconociese este derecho que tiene todo ser humano a casarse con quien mejor le parezca y asumir la paternidad o maternidad alejándose de los cánones impuestos por la sociedad.

La iglesia chilena ha aportado millones de pesos en muchos candidatos para congelar cualquier discusión en el Parlamento.

Pero ad portas de la Constituyente y sabiéndose un Presidente de salida, Piñera optó por adoptar una posición liberal, y dejar su mayor legado con una medida que cambiará la realidad de millones de ciudadanos que a partir de este 2021 podrán casarse y adoptar hijos, a pesar de su homosexualidad.

Soy del criterio que la derecha, tal y como la hemos concebido, está herida de muerte. Tras este anuncio de Piñera saldrán no solo aquellos defensores de la idea, que se encontraban dentro del closet sino furibundos opositores como José Antonio Kast que, al fortalecer su religiosidad, acabarán por enterrar sus posibilidades electorales.

¿Quiénes se benefician en Chile Vamos con el anuncio del Matrimonio Igualitario?

Es obvio que los presidenciables más liberales: Sebastián Sishel e Ignacio Briones.

Joaquín Lavín queda desechado en estas primarias, donde la Moneda intentará promover a un militante de derecha bien light.

Esperemos que el Congreso legisle con la mayor prontitud y permita que miles de parejas homosexuales puedan casarse y adoptar, al igual que hacen los heterosexuales. Al fin y al cabo no hay nada que pruebe que los heteros son mejores padres que los gays y lesbianas, ya que el amor y la ternura son intrínsecas del ser humano.