Derechos Humanos en Cuba SÍ
Desde el año 2009 comenzó mi lucha como defensor de los derechos Humanos en Cuba. Ciertos sucesos en mi vida precipitaron la decisión.
Sí la decisión, porque en Cuba no es una moda, tampoco una empresa fácil. En Cuba se lucha de verdad, se sufre de verdad, se pierde la vida y la cárcel está al doblar de la esquina cuando pones tu empeño en construir una sociedad libre y diversa.
En mi caso los años me enseñaron a perseverar pero también me trajeron muchas decepciones. Tuve muchas caídas pero no me arrepiento de lo hecho, porque me permitió conocer a gente linda y extraordinaria. Fueron los mejores años de mi vida.
Así que hoy 10 de diciembre, no podría hablar de otra cosa que de los derechos humanos, una marca de libertad que llevo con mucho orgullo.
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Derechos Humanos en Cuba Sí
Comencé fundando una Biblioteca Independiente, algo que en mi Patria, desafortunadamente, es casi un suicidio, y te echas a toda la Policía encima. Recuerdo que un día antes de nuestra primera actividad me visitaron ciertos vecinos que eran militantes del Partido Comunista para amenazarme y decirme que no permitirían un foco contrarrevolucionario y que sus hijos jamás asistirían a mi Biblioteca.
Ese creo que fue el inicio de todo, después vinieron muchas acciones en contra del régimen, al frente del CEEDPA (Centro de Estudios para la Democracia Proactiva), realizamos múltiples actividades que combinaban la protesta en la calle con la preparación de los activistas en diferentes aspectos de la política y el ámbito legal.
Recuerdo nuestro accionar en Concilio Cubano y como colaborábamos con la Alianza Democrático Oriental, la (ADO) de Rolando Rodríguez Lobaina.
La gente más extraordinaria que haya conocido fue gracias a mi lucha en favor de los derechos humanos en Cuba: Doraisa Correoso Poso, Eunices Madaula Fernández, Denia Rodríguez del Toro, y tanta gente que me apoyó y que estuvo a mi lado.
Gracias a mi lucha conocí a Guillermo Fariñas, a las Damas de Blanco, a María Mercedes y Aurora Sancho, al siempre plantao Hugo Damián Prieto y a muchos otros de los cuales aprendí y que me hicieron crecer cubano.
Hoy quiero compartir con mis lectores postales de una Cuba distinta, lejos del tabaco y el ron; postales entrañables que siempre llevaré conmigo: actividades en la calle, importantes reuniones de la sociedad civil y opositoras que eran desnudadas en plena vía pública…
Gracias a Dios por vivirlo
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