Cuba en los tiempos del coronavirus
Hoy quiero hablar de cómo se está viviendo la emergencia sanitaria en Cuba. Y justo porque soy cubano me interesa sobremanera como se trata el tema y las primeras consecuencias directas del virus sobre mi gente. Hasta ayer 19 de abril había un total de 34 fallecidos y 1035 contagiados.
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Cuba y su manejo de la pandemia
Según he podido conocer el sistema de salud cubano ha respondido mejor que ningún otro del continente americano. Todos los días, especialistas y estudiantes de medicina realizan pesquisas en cada barrio. Van casa por casa y ese tipo de medidas sin dudas que ha permitido detectar los nuevos casos con prontitud. Solo un país como Cuba puede darse ese lujo.
Cuba no solo adecuó centros de salud para recibir a miles de personas que puedan portar el coronavirus, sino que también fueron instalados hospitales de campaña en unidades educativas, predios universitarios y otras instalaciones en toda la isla.
Estas dependencias están reservadas principalmente para los sospechosos que tuvieron contacto con pacientes confirmados, mientras los casos de contagio se encuentran en otros centros clínicos. Desde el mes de enero, Cuba elaboró su plan de prevención y control del coronavirus cuando todavía era solo una amenaza.
Tres medicamentos son utilizados en la isla una vez que se confirma un contagio: el antirretroviral Kaletra, el inmunomodulador conocido como cloriquina y el Interferon Alfa 2b, que es un antiviral elaborado con tecnología cubana.
Desde la aparición de los primeros casos de coronavirus en la isla, el Ministerio de Salud Pública ha resaltado que la inclusión del Interferón Alfa 2b en los protocolos de tratamiento muestra resultados positivos.
Coronavirus y Represión
Pero también he conocido del aumento de la represión contra periodistas independientes que desde la isla intentan reportar para informar o dar su visión particular sobre lo que está sucediendo. Por ejemplo el pasado viernes la periodista Mónica Baró fue multada por el régimen cubano: 120 dólares es la sanción por tratar de realizar su trabajo con libertad. Le han aplicado el Decreto ley 370, específicamente el artículo 68 inciso i) por supuestamente «difundir, a través de las redes públicas de transmisión de datos, información contraria al interés social, la moral, las buenas costumbres y la integridad de las personas».
¿Hasta cuándo decir la verdad en Cuba será tomado como una afrenta a la moral y buenas costumbres?
Del otro lado del charco veo a periodistas y presentadores de televisión como Alex Otaola y otros, tratando de poner las cosas más feas de lo que son en realidad y hasta deseando lo peor para el cubano de a pie.
Sería bueno no apasionarnos tanto en las redes sociales. Lo cortés no quita lo valiente, y salvo el cierre tardío de las fronteras, debemos convenir que el régimen cubano lo está haciendo bien. Hay que tener en cuenta que las medidas impulsadas por Donald Trump han impactado negativamente en la economía cubana. El sector privado se ha resentido mucho desde que dejaron de llegar los cruceros de Estados Unidos: estúpidas medidas que no afectan para nada a la dictadura y sí al pueblo cubano que se la está viendo negras para encontrar alimentos.
El peligro para la población cubana no es menor en estos tiempos: cada día tienen que salir en búsqueda de comida, a ver dónde sacaron pollo o huevos, obviando el contagio que habita en las aglomeraciones de cada supermercado.
Pedir públicamente la muerte de nuestros compatriotas, por el simple hecho de que no se hayan inmolado en lucha desigual es lo más cobarde e inhumano que he escuchado.
Ciertamente a la mayoría de los cubanos se les ha escapado ese deseo de luchar por la libertad, pero es nuestra gente, nuestra sangre.
Mis oraciones hoy con cada familia cubana que ha perdido un abrazo. Que Dios provea amor y alimentos para mi tierra. Que se multiplique nuestra solidaridad.
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