¿Qué viva la marihuana?
La acción penal está dirigida en contra de 59 personas quienes eran objeto de investigación desde hace dos años, y quienes, según la acción, se dedicaban “al cultivo, porte, transporte, comercio y tráfico de plantas de cannabis sativa en sus diferentes versiones”, lo cual generaba un
“espacio común de comercio de esta droga”.
Del total de querellados,
35 registran domicilio en comunidades mapuche de la zona de Ercilla y Collipulli. Dentro de los nombres está Jorge Huenchullan Cayul, heredero de una de las familias mapuche tradicionales de la comunidad de Temucuicui. A Huenchullan se suman los comuneros que pertenecen a otras familias indígenas de la zona como lo son los Llanca, Quidel, Queipul, Calhueque, Marillan, Catrileo, Levicura, Pallaleo, Leviman.
La acción penal, presentada en el Juzgado de Garantía de Collipulli, sostiene que se habrían generado “equipos de trabajo, conformados fundamentalmente por clanes familiares que se comunican entre sí.
A renglón seguido, la Intendencia detalla que las ganancias por la producción y venta de las sustancias ilícitas,
habrían facilitado la compra de armas y municiones, junto con bienes muebles e inmuebles que “han sido adquiridas para los integrantes de estos grupos o sus familiares”.
Lo peor de la
noticia que amplifican los grandes medios es que se pretenda encasillar o ensuciar al
pueblo mapuche, vinculándolo con el tráfico de marihuana. Porque el mensaje es claro: mapuches se dedican a cosechar marihuana y forman una organización criminal.
La droga está en Chile, la droga es consumida por chilenos. Y éste es un problema que tendrá que enfrentar el próximo gobierno, porque ya el actual fracasó.
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